martes, 17 de febrero de 2009

Siempre hay una primera vez


El sábado fue mi primera competición como entrenadora.

Los nervios se apoderaron de mí en el viaje de camino a la competición. Tenía inseguridades, no sabía si iba a ser capaz de llevar el combate de mis alumnos. No sabía si iba a ser capaz de que alguno de mis alumnos llegará a ser campeón. Nunca había llevado un combate, siempre me lo había llevado a mí.

Llegue al pabellón y me temblaban las piernas; pero, de repente se me acerco corriendo una de mis alumnas que había competido por la mañana:


-"¡Rocío! ¡He quedado primera y encima lo he hecho muy bien! Además me he divertido mucho"


En ese momento se me fueron todos los nervios. Fue ese momento en el que vi, que no era importante si mis alumnos ganaban o perdían, que no era importante cuanto de bien llevará sus combates o no. Era más importante pasar el rato con ellos y compartir esta nueva experiencia, para así, llegar a motivar a todos mis alumnos para que; aunque perdieran siguieran compitiendo lo mejor posible.

Así que me puse manos a la obra. Acompañe a mis alumnos en largo calentamiento; mientras todos los demás entrenadores los veían desde las vallas, hable con ellos sobre sus motivaciones y expectativas de esa competición, me contaron sus miedos y dudas. Estuve con ellos en los combates; apoyándoles tanto si ganaban o perdían, tanto si lo hacían bien o mal. En algún momento, pensé que la gente de la grada u otros entrenadores pensarían:


-" Esta tía habla demasiado; ya veremos que hacen sus judocas"


Pero a mí me dio igual, yo quería conocer mejor a mis alumnos, para así, poder llevar mis clases de acuerdo a sus expectativas y motivaciones.

Durante el transcurso de la competición, escuche a otros entrenadores gritar, protestar a los árbitros y enfadarse. Mucha competitividad reinaba en el ambiente, pero yo intente que eso no les influyera a mis alumnos. Les anime desde fuera del tatami, intente que dieran lo mejor de sí mismos y creo que llegue a conseguirlo. Ninguno de mis alumnos que perdió salió enfadado del pabellón; al contrario, todos están deseando la próxima competición para volver a pasar un rato divertido todos juntos.

Las competiciones son lugares importantes para ver cómo han evolucionado los alumnos durante las clases, pero también sirve para conocer a los alumnos en otro ámbito. Un ámbito un poco más informal que las clases. Un ámbito donde el alumno se siente con inseguridades y donde la presión muchas veces se puede apoderar de sus nervios. Creo que ese es uno de los mejores momentos para la intervención. Cuando el alumno se siente bajo presión y bajo ese nerviosismo es cuando puede llegar a expresar cosas que antes no ha hecho. Y para eso estamos los educadores, para poder escucharlos en ese momento y no para preocuparnos si ganan o no; que no digo que no sea importante, claro está.

Creo que existe demasiada competitividad en las competiciones. Pienso que los entrenadores se centran mucho en que sus alumnos ganen sus combates y no se centran en cómo se han sentido sus alumnos durante estos. Muchas veces pierden combates por poca creencia en sus posibilidades, por falta de motivación o porque han tenido alguna bronca en casa. Eso es lo que debería de ver el entrenador; los porqués y no los colores de las medallas o trofeos. Los entrenadores deportivos también son educadores.

Apostando por una intervención educativa desde el ámbito deportivo.

...Educadores Sociales...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo realizo talleres deportivos por las tardes y es en los lugares donde un educador social mejor puede intervenir con sus xavales.

Cooperación, trabajo en equipo, competitividad sana, aparte de, higiene personal, potenciación del ejercicio fisico, dietas equilibradas...

El deporte es un recurso muy necesario dentro de la educación social.

Saludos.