martes, 25 de noviembre de 2014

¿Me he vuelto loca?

Tengo que admitirlo. Mis compañeros de trabajo piensan que estoy loca.

Invito a los padres a mis clases, enseño más de lo que pone en el libro de SM, predico en contra los libros de texto, les doy la brasa sobre nuevos métodos de enseñanza, hago con los niños actividades sobre emociones, sentimientos... Además, añadirle a todo esto que soy la nueva profe del cole y que soy la más joven. El demonio en estado puro.

Ya sé cómo fue el sentimiento de Galileo cuando todo el mundo pensaba que estaba loco porque decía que la tierra era redonda.

Si es que, en la sociedad en la que vivimos es renovarse o no avanzar.

Esto no es algo que me haya enseñado el magisterio, no señores. Es algo que he aprendido de la educación social. Sabemos que, en la educación no formal hay que ser creativos, hay que cambiar las formas de trabajar con los chavales cuando hay algo que no funciona, hay que ser cercanos, tenemos que hablar de cómo se sienten, de que piensan, hay que trabajar directamente con las familias...

Luego, te nada dentro de la educación formal y ves todo lo contrario. Aunque se habla, se comenta, se dice, se lee... mucho sobre nuevas formas de trabajar, nuevas cosas que hacer, sobre dejar hablar al alumnado... llegas a un aula y eso no lo ves.

El profesorado tiene miedo. Y después de tres meses trabajando he descubierto a que. Tienen miedo a que le quiten el libro de texto.

"¿Cómo voy a enseñar sin libro de texto?... Si trabajo sentimientos, la relajación, la empatía... ¿cómo voy a llegar a dar todos los temas?" Estas son cuestiones que salen en mi claustro cada vez que sale alguna propuesta de innovación educativa.

Pero vamos, que a  mí me da igual. Cuando propongo fuera de lo normal me miran con cara rara, pero creo que es una cara a la que al final me acostumbrare. Porque una cosa tengo clara, no pienso dejar que un libro de texto lleve las riendas de mi trabajo ni las riendas del aprendizaje de mis alumnos. Por eso me lanzo a la piscina y les enseño a mis niños/as cosas que van más allá de la educación formal. Porqué yo soy de las que piensan que los educadores formales tenemos una misión: educar personas para la educación no formar.



Y todo eso no me lo ha enseñado el magisterio, sino la educación social.


jueves, 30 de octubre de 2014

Estoy de vuelta y para quedarme

Hoy he vuelto a visitar la esta página. Una razón muy importante me ha hecho volver a pasar por aquí. Por fin, después de mucho tiempo, tengo ganas, ilusión y fuerzas para hablar sobre la educación. Esto viene dado a mi nuevo trabajo.
Gracias a mi segunda carrera (magisterio) que conseguido un trabajo. Un trabajo en un colegio educativo. Y pensareis: ¿Qué tiene que ver esto con la educación social?. Pues aunque no lo creáis, desde que he empezado a trabajar he echo más uso de mis herramientas como educadora social que como maestra.
Y es que yo creo que en la sociedad en la que vivimos actualmente, los maestros con solo esa titulación, no tienen los recursos necesarios para enfrentarse a los problemas que día a día suceden dentro de un centro educativo.

Pero bueno, dejemos esas reflexiones para otro día. Ahora solo comentaros que, estoy de vuelta y para quedarme.


... Seguimos hablando de educación social...