Graduación

Mañana, o mejor dicho, dentro de unas horas, sera el final de una etapa.

Por fin, dejare de ser una estudiante y pasare a ser diplomada en educación social.

Mañana, o mejor dicho, dentro de unas horas, es mi graduación en educación social.

Y os preguntareis:

-¿Estas nerviosa por graduarte Rocio?

- Nerviosa no, cagada.

El dia de la graduación significa mucho; despedida de la carrera, el comienzo de una vida diferente a la llevada hasta ahora, despedirme de compañeros que seguramente no vuelva a ver nunca, planteamientos de futuro...

Muchas cosas se me pasan por la cabeza que podría contaros. Pero, es tarde y mañana me espera un gran dia. El dia que he esperado durante toda mi vida. Por fin, tendre una carrera universitaria. Una carrera que me gusta y a la que quiero dedicar; sino toda, una parte mi vida. Aunque está claro, que el título no lo es todo. Yo sere diplomada en educación social, pero todavia me queda mucho camino para llegar a ser una verdadera educadora social. Por eso, seguire mi etapa como estudiante, pero de forma diferente. Yo sigo siendo y soy estudiante de educación social, porque todavia me queda mucho por descubrir de este mundo.

Espero no llorar mucho mañana, o bueno, dentro de unas horas. Espero disfrutar de mis ultimos momentos con mis compañeros. Espero divertirme, reirme, sentir millones de emociones.

-¿Porque una no se gradua por primera vez muchas veces no?

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Los niños ya no saben jugar

Si, en efecto. Los niños ya no saben jugar.

Fran, 10 años.

-Coge una colchoneta y juega a lo que quieras.
- Pero ¿cómo se juega?

Alejandro 8 años.

- A que quieres jugar.
- No lo sé.
- Puedes jugar a lo que quieras.
-¿Pero, a que juego?

María 12 años.

- Coge una pelota y juega a lo que quieras.
- ¿Con una pelota, y a que juego?


¿Desde cuándo sucede esto? ¿Cual fue el momento en el que los niños dejaron de saber usar su imaginación para hacer cosas nuevas y divertidas? ¿Que será lo próximo, que no sepan correr, saltar o sencillamente divertirse?

Yo mientras tanto, he decidido que después de terminar la carrera, voy a jugar un poco. Usar mi imaginación y pensar en dragones, unicornios y mundos imaginarios. Voy a ver si consigo llenar de creatividad la mente de mis niños y enseñarles que hay más cosas que la tele y los videojuegos. Voy a disfrutar un poco de mi mente y recorreré tierras lejanas en busca de tesoros.

¿Porque los educadores sociales tienen que buscar otros ámbitos de intervención no? El mundo de la imaginación será mi nuevo lugar para experimentar sobre la educación social.

Y mientras que hago esto, yo si jugare, y os invito a vosotros que dediquéis unas horas de vuestros días a jugar. Porque no solo los niños ya no saben cómo se juega, los adultos también lo tenemos un poco olvidado. Refrescar vuestras mentes y llenarlas de imaginación.

Por una vida llena de lugares fantásticos...

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Educador Social en Alaska

Os podría contar muchas cosas que me han pesado desde que no escribo aquí sobre la educación social: mi primera entrevista de trabajo, mis prácticas, mi memoria final del practicum... (que os espero contar realmente cuando acaben los exámenes), pero no.

Hoy quiero expresar por aquí la alegría, la emoción y el gusto que me dio ir al estreno del viernes pasado de Educador Social en Alaska.

Sin duda, conducir hasta Castellón era un "tostón". Salí de trabajar bastante cansada, pero pensar en la obra que iba a ver sobre mi futuro trabajo me animo.

- Venga Rocío que vas a aprender muchas cosas esta noche.


Así que, junto a una buena amiga también educadora, nos pusimos en carretera pensando en cómo sería la obra del blog de Quique.

Llegamos a Castellón y claramente nos perdimos. Preguntamos y preguntamos, pero al final encontramos el teatro principal. Con un poco de vergüenza entramos. No había mucha gente, pero seguro que la mayoría de ellos eran educadores. Nos sentamos en primera fila y mire a la gente. Conocía a algunos por el grupo de Facebook. Vi a Sera y pensé:

-¿Quién será Quique?

La obra no me defraudo. Buenos diálogos y una gran escenográfica. Me pareció corta pero intensa y con un tono cómico muy bueno. Como debe de ser una obra sobre Educadores Sociales.

Al acabar, un gran aplauso, una copita de champan, unos cuantos bombones y para casa con alegría de haber disfrutado una experiencia más en el campo de la Educación Social.

Os podría contar muchas cosas más de la obra. Os podría decir todo lo que me gustó. ¿Pero para qué? Si va a recorrer más partes de España, será mejor que juzguéis vosotros mismos.


Pero claro, cuando salí del teatro le dije a mi compañera:

- Me he quedado con las ganas de saber quién es Quique. Le podría haber dado algunos consejos que me decía mi abuela para no pasar frio en Alaska.


Muchas felicidades por la obra y espero volverla a ver pronto!


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